Tras un horrible hecho, una pobre pero sincera reflexión
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Cerca de las 21 del jueves se produjo en la vecina ciudad de Lobos, un hecho grave que terminó con el vecino Walter Urquiola herido de bala al forcejear con delincuentes que estaban dentro de su casa de calle Barracas 575. Así lo relatan nuestros colegas de “Lobos Ya”…
Walter llegaba a su domicilio junto a uno de sus hijos y advirtió que había dos delincuentes en el interior. Al ingresar, se trenzó en lucha con los malvivientes y terminó herido de bala en el abdomen por el disparo de un arma calibre 22.
Urquiola fue trasladado por el Servicio de Trauma al Hospital, donde está siendo atendido y en principio se informó que la lesión no sería de gravedad.
Los delincuentes huyeron y se estima que sin llevarse nada, quedando tiradas en la casa mochilas y otros elementos que habían preparado para llevarse.
Los jefes policiales llegaron de inmediato a la vivienda y el hecho está en plena investigación.
Hasta allí lo perteneciente a Lobos, una ciudad que “vendía” seguridad y hoy se encuentra inmersa en una realidad que lastima.
Son varios hechos delictivos los que se han producido en Lobos y en localidades vecinas. No estamos fuera del circuito, todo lo contrario, de a poco nos van metiendo.
Las malas costumbres del conurbano, desgraciadamente elevadas debido a la ineficacia de la política provincial de varios años, están llegando a nuestro querido Navarro. Hoy mismo una familia fue víctima de asalto a pocos km del centro, aunque por suerte tenemos que decir que no hubo más que pérdidas que las materiales.
Días atrás hubo dos robos de importancia a conocidos vecinos…
Vivimos en un mundo convulsionado y nos cuesta aceptarlo en una ciudad que se caracterizó por su enorme tranquilidad.
Si esto pasa a menudo en Lobos, en Luján o en Mercedes, pasará en Navarro en poquísimo tiempo, salvo que una enorme transformación provincial y un poquito de suerte, nos llegue como regalo del cielo.
Creemos que a nivel local se ha intentado siempre hacer lo mejor, pero no vivimos aislados, estamos metidos en el medio de una provincia que arde por todos lados.
El hecho que ocurrió en Lobos nos preocupa, no sólo por la desgraciada noche vivida por la familia vecina, sino porque nos hace sonar la más potente de las alarmas, y si nos toma mal parados en cualquier momento nos pondrán nocaut, por lo tanto salir hablar después no sería lo más correcto.
Perdón si insistimos demasiado con el tema. Lo hemos hablado con quien hemos podido. No queremos sentirnos responsables de mirar para otro lado cuando la amenaza es constante. Algo debe cambiar. Necesitamos estar unidos en esta lucha. No hay tiempo para perder. Hay para ganar mucho, entre ello, la perdurabilidad de la idiosincrasia de un lugar que fue buscado siempre por su inmensa paz. No nos resignamos a perderla, por nuestros hijos, por los suyos, por los que vendrán.
