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La Convención sobre los Derechos del Niño es el tratado más ampliamente ratificado en la historia. En él se establecen los derechos que es preciso convertir en realidad para que los niños y niñas desarrollen su pleno potencial y no sufran a causa del hambre, la necesidad, el abandono y los malos tratos.
La Convención refleja una nueva visión sobre la infancia: los niños y niñas no son la propiedad de sus familias ni tampoco son objetos indefensos de la caridad. Son seres humanos y son también los titulares de sus propios derechos. La Convención ofrece una visión del niño como un individuo y como miembro de una familia y una comunidad, con derechos y responsabilidades apropiados para la edad y su etapa de desarrollo.
La Convención sobre los Derechos del Niño ha sido ratificada por 192 países, incluyendo América Latina y el Caribe, desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas la aprobó de manera unánime en noviembre de 1989. Mediante la ratificación, los países se comprometen a cumplir con un código de obligaciones vinculantes a favor de la infancia.
El 20 de noviembre de 1989 la Asamblea General de las Naciones Unidas adopta la
Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CDN). La misma, vigente desde 1990 proclama en su Preámbulo que la infancia tiene derecho a cuidados especiales, y reconoce que los niños y las niñas deben crecer en un ámbito de felicidad, amor y comprensión.
Gracias a la Convención, los derechos de la infancia se encuentran en el primer plano de la agenda internacional en pro de los derechos humanos, y la sociedad debe asegurar su cumplimiento como una obligación jurídica, un imperativo moral y una prioridad en materia de desarrollo.
En el caso específico de nuestro país se adhiere a la misma mediante la Ley 23.849 en 1990. Este nuevo marco de comprensión de la niñez, es incorporado a la Constitución Argentina en el año 1994 y a través de la Ley Nacional 26.061 de Protección Integral de la Infancia en el año 2005, y en el caso de la provincia de Buenos Aires la Ley Provincial 13.298 que instan al Estado a adecuar el marco normativo e institucional para regular su vínculo con la infancia desde nuevos términos, en detrimento de un paradigma legitimado en nuestro país durante más de 80 años sostenido por la Ley de Patronato.
Hoy se cumplen 25 años de la Convención de los Derechos del niño. Es un hecho más que importante, pues pasados ya más de veinticinco años desde la adhesión se registran avances significativos aunque insuficientes a la luz de la persistente proporción de niños y niñas cuyos derechos se ven vulnerados cotidianamente.
Es un desafío conformar el Sistema de protección integral y consolidarlo. Este sistema, planteado en la ley Nacional de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, se concibe como un conjunto de interacciones y corresponsabilidades de todos los actores que trabajan en torno a la infancia. Siendo éstos todos los organismos, entidades y servicios que diseñan, planifican, coordinan, orientan, ejecutan y supervisan intersectorialmente las políticas públicas, y en todas las instancias (nacional, provincial y municipal), destinadas a promover, prevenir, asistir y resguardar los derechos de niños, niñas y adolescentes. Asimismo, el sistema establece los medios a través de los cuales asegura el efectivo goce de los derechos y garantías reconocidos en la Constitución Nacional, en la Convención sobre los Derechos del Niño, y demás tratados de derechos humanos ratificados por el Estado argentino y el ordenamiento jurídico nacional.
Nuestro trabajo se halla además enmarcado en el objetivo general del Plan Nacional de acción por los derechos de niños, niñas y adolescente 2012 – 2015: “Generar condiciones para el cumplimiento efectivo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, en su calidad de ciudadanos, a través del desarrollo de políticas públicas integrales, implementadas interinstitucional e intersectorialmente y con enfoque territorial”.
No ha sido sencillo y tampoco lo será pero es necesario unir los esfuerzos por dar lugar al cambio cultural necesario para el mejor desarrollo y crecimiento de todos nuestros pibes!
Es una gran emoción saber que lo estamos haciendo juntos!
Por nuestra comunidad, por nuestras familias y por todos y todas las niñas, niños y adolescentes de nuestro pueblo digamos: ¡Felices 25 años Convención!