Pedido de Publicación
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PEDIDO DE PUBLICACIÓN
Probablemente, para mi rasante vuelo literario, querer expresar esta inquebrantable necesidad de agradecer, puede que se convierte en un zanjón, infranqueable. Es que como muchos, periódicamente y hasta con cierta indiferencia, transitar la avenida 16 entre 115 y 117, me llevaba a reconocer al pasar, al lugar que geográficamente ocupa nuestro hospital San Antonio de Padua.
Debido a mi patología, hoy estoy en conocimiento de otro paisaje. Cuando las papas queman, cuando las necesidades urgen, vemos del lado interno: ambulancias, guardias, terapia intensiva, doctores, enfermeras, y cuando por el arte de la medicina, sin dudas complementado por el alto grado de profesionalismo y humanidad, puesto de manifiesto por quienes te controlan, ya calmado del fuerte dolor y más tranquilo, comenzás a observar y admirar con detalles, el funcionamiento de cada sección.
Áreas Higiene, Terapia, Enfermería, Clínica, todo el grado de profesionalismo que existe en ese lugar, impacta sentir la amabilidad con la que es atendido, donde alguna la llamamos “las eternas”. Hasta llegamos a acordar un pacto, lo que en terapia ocurre, en terapia queda. ¿Cómo transmitir este agradecimiento? Sé que internándome en 15 mil verbos de nuestra habla castellana, no encontraré la palabra que identifique tamaño accionar. Por eso humildemente, agradezco a todos los que lograron hacerme sentir tan bien, y confesarles que se ganaron ustedes mi fisurado corazón.
Carlos Ramón Ferzzola.
