La firma Omar Etcheverry SRL cumplió 47 años
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No es poco tratándose de una empresa que da mucho trabajo en el pueblo de Navarro, que ha tenido que sortear inconvenientes en diferentes gestiones de gobierno a nivel nacional, que apuesta constantemente al futuro. Días atrás, en una entrevista radial realizada en NVR 90.5, Omar, el titular de la prestigiosa firma, dejó algunos conceptos para tener en cuenta.
-¿Cómo fueron los comienzos?
– Estaba en Buenos Aires estudiando agronomía, había hecho parte de primer año, luego la conscripción y cuando regresé, mi hermano Aldo me dijo que me tenía que hacer cargo del campo de mi madre. Y bueno, yo acepté el desafío, pero veía que con eso no tenía futuro. Tenía un techo y yo tenía el espíritu de armar algo. Tener un semillero, un acopio… Yo desde los 11 años que falleció mi padre me di cuenta que el camino era largo y duro, así que desde muy joven empecé a buscar alternativas. Metí horas, trabajo, arriesgamos mucho, anduve en épocas muy bien, en otras muy mal, como la Argentina… Quería poner un comercio y empezamos con un Forraje.
Un día, conversando con un amigo en la confitería de Pike, para los que tienen ya algunos años, me dice, mirá… tengo un local, te lo presto, después vemos como arreglamos… Así fue que abrimos un forraje donde es hoy la comisaría, un galponcito con piso de tierra, empezamos como Omar Etcheverry y Hermanas y cambiamos a S.R.L. en el 85. Estuvimos 5 meses ahí, con Roberto Danculovic, que continúa en la empresa hoy, después de 47 años.
Hubo tiempos que ni siquiera era negocio pero seguíamos abiertos. Después pasamos a la esquina de en frente, que es propiedad de la Sociedad Italiana, quienes nos dieron una mano muy importante, sobre todo el papá de Daniel Albano, eso fue un gran paso. Después empezamos a comprar alguna herramienta, algún tractor, arado, empezamos a sembrar y eso empezó a potenciar el comercio, y el negocio estaba ahí… no era mucho costo mantenerlo y seguía abierto.
Después en el 1975 le compramos a Yaregui y Eyherabide “la esquina” actual. Me lo dieron muy abandonado y ellos querían vendérselo a alguien que lo pusiera en marcha, y no se equivocaron. En ese momento, a los que se los compré, eran Tito y Eduardo, que se portaron de una forma excepcional conmigo. Ya después en el año 76, esto no nos alcanzó y pusimos la planta de silo en la Estación de Ferrocarril.
-¿Cuántos rubros tiene la firma hoy?
– Diez Actividades. Para mí dejar agronomía fue un gran peso, no haberme recibido, pero hice muchos cursos, viajé a Estados Unidos varias veces, hice un curso de clasificador de granos viajando todos los días a Buenos Aires, y volvía para trabajar al otro día, así que hoy se ven los frutos de ese esfuerzo.
-¿Cuánta gente trabaja hoy en la empresa?
– Sesenta personas directamente, e indirectamente 30 más aproximadamente.
-¿En qué momento dijo, tengo que empezar a aflojar y dar un paso al costado y dejar esto a mis hijos? Es una decisión muy difícil…
-Hace 3 años más o menos, veía que me superaba la actividad, era demasiado para manejarlo, y Sebastián, Sofía y Victoria hacía muchos años que estaban y no lográbamos hacer una empresa familiar. Así que nos contactamos con Aqnitio un grupo que organiza empresas familiares. Bueno, nos llevó dos años de transformación que nos hizo muy pero muy bien. Ellos empezaron a trabajar en la gerencia, cada uno en su área según su responsabilidad. Ahora forman parte del directorio. Ya hace un año y medio o dos.
Nos asustamos mucho en 2015 pero gracias a esto se dividió el peso en la espalda que tenía solo, hoy también están Adriana y Rosario, la más chica. Fueron 47 años de mucho esfuerzo y dedicación, pero también muchas horas fuera de la casa por eso, uno crea una empresa pero el pilar de la familia ha sido Adriana, mi esposa.
-¿Qué se siente tener a sus hijos en la empresa?
– Realmente me siento orgulloso, no es de la nada que ellos han logrado esto, se han profesionalizado, han hecho cursos y por eso se han adaptado y traen ideas nuevas que por ahí uno ya después de tantos años no está tan actualizado. Hoy participo y estoy pero bastante más alejado.
