“Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”. (Mahatma Gandhi).
A los Forzosos de Navarro les dedico estas sencillas líneas que sólo las generan ellos a través de sus acciones.
Anoche llegó el “Maradona”, el “Messi” del rugby al Club Dorrego. Cayó de sorpresa, como un regalo motivacional antes de que los Forzosos de Navarro disputen la cuarta final en el noble deporte del balón ovalado. La sorpresa y la alegría de ver a un gigante del deporte mundial, entrando como si fuera su casa, su club, con su inmenso porte y el mismo tamaño en calidad humana… Sorpresa, admiración, miradas cómplices, gestos de euforia y horas de charla que ninguno de los presentes, orientados desde hace años por Daniel Rosso, jamás olvidarán.
Este grupo de deportistas navarrenses, orgullosos de su pueblo y su camiseta, tuvieron el regalo más merecido. La presencia y la palabra de aliento de un ícono del rugby argentino.
Pude, gracias al llamado de un amigo, llegar por allí y recorrer por unos minutos el 1º piso del Club Dorrego, mientras se desarrollaba este momento histórico. La imagen de Juan Martín Hernández, el crack de Los Pumas, irradiaba el lugar. Los jugadores miraban asombrados la casaca argentina que les dejaba el centro del seleccionado nacional. Su tío, un crack del fútbol, Patricio Hernández (Selección Argentina 1982), lo acompañaba en esta visita…
Patricio suele verse en el pueblo en algunas oportunidades, pero aquí la atención estaba puesta en otro foco, ahí se respiraba rugby del bueno y lo de Juan era inimaginable en esa noche, justo en la previa a la final del domingo en el torneo empresarial, donde Dorrego se juntaba para darse el último y más fuerte aliento de la semana.
Para este humilde periodista de pueblo, que llega hasta donde puede a cada acontecimiento, no fue una noche más. Estaba presente en el suceso más soñado para cualquier jugador, de la disciplina que ustedes se imaginen. Me sentía un privilegiado y no sólo por la presencia de Juan, al que ni siquiera molesté con una entrevista. Sentí en ese momento que estaba siendo parte del mejor premio que un deportista puede tener, que es el reconocimiento a su esfuerzo, a su lucha, a su pasión… Y este grupo humano que se pone una camiseta con los colores de Dorrego y la firma de Omar Etcheverry en el pecho, tiene pegada en la piel la camiseta del Pueblo, la de mi Navarro querido. Nunca escuché en ningún deporte gritar “VAMOS NAVARRO, EMPUJE, VAMOS CARAJO”… Lo pienso y me emociono… Quizás me esté poniendo viejo, pero envejecer rodeado de estos momentos es una caricia al corazón, que también lleva los colores del Pueblo grabados a fuego.
Les he contado de manera desordenada, sin respetar el estilo periodístico, lo que me tocó vivir el viernes 27 de noviembre… Espero que el domingo Navarro pueda recibir a la tardecita a los campeones de este deporte. Espero ser testigo de ese momento. Confío plenamente en los Forzosos de Navarro. Sé que estarán pendientes de vivir su gran tarde, pero que se queden tranquilos, si mis palabras le sirven de algo, que el trofeo más grande ya lo consiguieron, porque como dijo Mahatma Gandhi, “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”.
Muchas gracias. Con el respeto que se merecen los Forzosos… Toto Gómez.-