Diego Barrado: Cuando el “gracias” viene de un grande, la palabra se hace gigante

Roberto Gómez
Por Roberto Gómez diciembre 22, 2016

Diego Barrado: Cuando el “gracias” viene de un grande, la palabra se hace gigante

El talentoso muchacho de Bragado llegó a Navarro porque su familia consiguió un trabajo en un tambo a pocos kilómetros de nuestra plaza…
Todos lo vimos siendo un pibe, correr por las calles de tierra, en el restaurante La Lechuza o en la cancha de EFIN, viendo cómo dirigía su hermano o jugaba su sobrino, que lleva su mismo nombre.
Descendiente de una familia más futbolera que la pelota misma. Desde muy chico tuvo que pelearla, nadie le regaló nada, hasta venció la barrera del Monumental de Núñez, donde fue haciendo camino con la casaca de River Plate hasta llegar a primera división sin haber cumplido aún 20 años, llamándose nada más ni nada menos que “Diego Armando”. Hay que ser guapo para pisar el estadio y bancarse los primeros murmuros y reemplazarlos por aplausos interminables.
Diego fue campeón con River, hizo el gol en la final, jugó Copa Libertadores de América, jugó en el Bernabeu frente al Real Madrid que lideraba el enorme Zinedine Zidán. Jugó en el emblemático Maracaná, fue compañero del Muñeco Gallardo, Matías Almeyda, el Conejito Saviola y el Burrito Ortega, y en Racing, se lo puede ver en la foto, jugó al lado del histórico Cholo Simeone, siendo figura de la Academia. También jugó en Colón, Atlético de Tucimán, Olimpo, Boca Unidos, Juventud Unida de Gualeguachú… Jugó a lo grande porque es un grande del fútbol nacional.
El martes estuvo en la Fiesta del Deporte de Navarro. Nació en Bragado pero Navarro lo adoptó por lo tanto está en cada fiesta donde se premia a los mejores deportistas del año. Diego no esperaba ganar la terna y cuando escuchó su nombre sintió una profunda emoción que no tardó en explicar ante el público. Con lágrimas en sus ojos, al lado de su compañero y amigo Facundo Diz, parado de remera blanca, sacando pecho, miró a los navarrenses que disfrutaban de tenerlo enfrente y expresó su sentimiento diciendo lo que sólo los grandes de alma suelen decir antes que nada… GRACIAS. Y lo escribo en mayúsculas porque la figura de un ser humano gigante la agranda por naturaleza.
Diego Armando Barrado no es un futbolista profesional solamente. Es un crack, y jamás faltó a la Fiesta del Deporte estando en Navarro, pero además sin ganar un premio, siempre se acercó a decir “gracias por invitarme, la fiesta estuvo buenísima”… Y después de escuchar a Facundo, a Nico Tieri, a Lucas Cortez, a tantos que dicen “gracias” a pesar de los resultados, uno no sólo se va tranquilo a su casa, además se va orgulloso de poder contarles a sus hijos que su papá sin hacer mucho, siempre recibió el cariño de los grandes.
Aún siento una profunda emoción al ver la foto de Diego recibiendo un premio mínimo que él, como tantos otros grandes del pueblo, lo convierten en gigante.
Quiero hacer público no sólo mis gracias infinitas, sino pedirle a quienes aún crean que “lo esencial es invisible a los ojos”, que sigamos observando a los grandes de verdad, a los que nunca necesitaron más que talento y sacrificio para lograr sus objetivos, y pensemos que la vida es como dijo Lennon, “es lo que pasa mientras nos preocupamos en otros planes”…
Gracias Diego por ayudarme a que la vida me pase y no me ocupe de otra cosa que de sentirla de cerca. Gracias por tu humildad y por iluminar el camino de tantos pibes que desean cosas parecidas a las que vos soñabas en aquella canchita del barrio de la familia BARRADO

Roberto Gómez
Por Roberto Gómez diciembre 22, 2016