Viajeros, en bicicleta

Roberto Gómez
Por Roberto Gómez diciembre 19, 2020

Viajeros, en bicicleta

#Cicloviajeros
Por Alberto Arozarena Arozarena

Por los caminos de la patria
A mediados del año pasado y después de un recordado viaje a Mendoza en bicicleta, Federico Martínez ya estaba programando una nueva salida.

Rocío y Federico. Podés seguirlos a través de su página “Otra forma de vivir”
En realidad eran dos. Una inmediata que lo llevaría a recorrer Córdoba, Catamarca, La Rioja y San Luis y otra sin destino y que tampoco tendría fecha de finalización.
Lo que si estaba firme era que la haría con Rocío Gallo, su novia. La navarrera (aunque vivió en Capital buena parte de su vida) estaba decidida a dejar su trabajo y seguirlo en su locura.
Lo que también habían fijado (aunque faltaban meses para esa fecha) era que saldrían el 19 de marzo de 2020.
¿Por qué ese día?
Porque el 19 de marzo había comenzado su historia y era un buen momento para largarse a vivir la aventura que venían pergueñando después de aquel viaje de federico a Mendoza a fines del 18.
Lo que ellos no sabían (el mundo tampoco) era que ese día, el presidente de la nación, que por aquel entonces ni siquiera había ganado las elecciones, por cadena nacional estaría anunciando que ingresábamos en un estricta cuarentena y que por primera vez en 200 años se cerrarían las fronteras exteriores e interiores de todo el país.
En rigor de verdad, Fede y Rocío se la veían venir y ya una semana antes habían cancelado su viaje, por más que ambos habían renunciado a sus trabajos y tenían las alforjas listas para empezar a pedalear.
“Salimos el mes que viene o, a lo sumo, después que pase el invierno” pronosticaban, sin saber que la espera duraría mucho más.
Pedal y pedal
Lo cierto es que apenas comenzaron a levantarse las restricciones, Fede y Rocío volvieron a llenar las alforjas de ilusiones y se prepararon para salir a los caminos, esta vez el destino sería San Carlos de Bariloche.
Aunque podría cambiar porque, como siempre ocurre con los biciviajeros, el hombre propone y los caminos disponen.
Y, por si tenían alguna duda, apenas salieron de la rotonda de la ruta 41 se dieron de narices contra la realidad.
El proyecto era que Fede saliera desde las Heras el sábado por la tarde y ambos arrancaran el domingo, bien temprano, desde Navarro. Por caminos de tierra irían a Elvira, Ernestina y Pedernales, recorriendo y viviendo esas pequeñas localidades rurales que sorprenden siempre a los viajeros.

Cicloviajeros: Las alforjas llenas de sueños y la mirada en el horizonte.
Pero la lluvia de la madrugada en esa zona hizo que apenas bajaran de la ruta 41 se dieran cuenta que por allí sería complicado, por lo que decidieron volver a la cinta asfáltica y poner proa hacia Lobos y desués, por la 205, llegar a Roque Pérez.
Primer día y primera demostración de que sería el camino, la gente, los vientos y el clima los que irían dibujando el mapa.
La primera noche en las “33 Hectáreas” un hermoso complejo deportivo con el que cuenta Roque Pérez y comenzar a conocer gente.
Uno que les dice que no sigan por la ruta, que hay un camino alternativo paralelo a las vías que los llevaría a Saladillo, otro que le pasa contactos en las próximas ciudades y muchos que le desean “buenas rutas”.
El segundo día los llevaría a Del Carril, una población rural ya en partido de Saladillo y armar la carpa en el club Defensores para, al día siguiente, seguir viaje.
Lo que no esperaban era que no sólo el viento los iría frenando, sino que los caminos de arena que unen Del Carril y Polvaredas harían que tuviesen que dejar la comodidad de los pedales, bajarse y empezar a empujar. No son más que unos pocos kilómetros, pero suficientes para llegar extenuados a destino.
En Saladillo aprovechan la hospitalidad de los cicloviajeros del lugar y hacen dos noches para recuperar fuerzas, acomodar las bicis y seguir hacia el sur.
La cuarta jornada estaba pronosticada que sea hasta Gral. Alvear, pero los buenos vientos (y la ruta) hicieron que llegasen a Tapalqué, donde comenzaron los problemas.
En realidad, la hospitalidad de la gente hizo que todo fuese más fácil porque Tapalqué es una de las pocas ciudades de la Provincia (hay quienes dicen que la única) que no permite el ingreso de turistas, salvo que sean amigos o familiares de tapalquenses.
Ese salvo conducto lo consiguieron por un contacto que habían logrado en Saladillo, pero en el hermoso camping que tiene la ciudad a un costado del río, no se podía acampar.
Comenzaron a buscar contactos, por amigos de la familia de Rocío y por una herense que hace un par de meses se instaló en Tapalqué, pero, finalmente, no fueron necesarios porque apareció la solución (siempre aparece) y terminaron haciendo noche en un templo evangélico para que ayer, sobre el cierre de la presente edición, levaran anclas con destino a Olavarría y Sierra de la Ventana.
Cada día se alejan más de sus pagos y se van metiendo en esa aventura que soñaron juntos hace más de una año y que están haciendo realidad.

Primeros días, primeras vivencias
Buena gente
Posiblemente en los próximos días, cuando lleguen a las Sierras de la Ventana, empiecen a vivir paisajes diferentes y ni que hablar cuando salgan de la Provincia de Buenos Aires y empiecen a bordear el Río Negro rumbo a Neuquén.
Igual la ruta no deja de sorpenderte a cada paso, pero con la gente. Como ese matrimonio que los paró a un costado del camino para conseguirles alojamiento en Roque Pérez, los contactos que obtubieron en Saladillo, el verdulero que no les quiso cobrar la compra en esa ciudad o el paisano que, en Alvarez de Toledo, una estación ferroviaria fuera de uso y un paraje que no tiene más de 15 o 20 casas, les regaló dinero para que puedan seguir el viaje y perseguir sus sueños.
Un herense y una navarrera en plena ruta y nosotros acompañándolos sentados frente a la computadora, pero con el alma sintiendo la brisa que envuelve a los ciclistas en el medio de los caminos.
Buenas rutas!!!

Roberto Gómez
Por Roberto Gómez diciembre 19, 2020