Sentida carta de Miguel García a dos nuevos profesionales de Las Marianas

Roberto Gómez
Por Roberto Gómez noviembre 19, 2014

Sentida carta de Miguel García a dos nuevos profesionales de Las Marianas

Anoche llegando a mi casa, después de un largo día, recibí la noticia de que un joven de Las Marianas se había recibido de Médico en la UNLP.
La verdad que no soy de hacer estas notas, pero hoy muy temprano antes de arrancar a estudiar, decidí hacer esta breve y sentida carta, por un par de tipos que se merecen el reconocimiento, respeto y admiración de todos sus pares y de todos nosotros, porque son de un genuino esfuerzo de trabajo, lucha y abnegación por llegar a sus sueños propuestos.
Alejandro e Ignacio Costa, dos pibes de las Marianas, que salieron a buscar sus sueños, uno en La Plata, Facultad de Medicina, y el otro en Lobos en el Profesorado de Inglés, y han conseguido con denodado esfuerzo y sacrificio llegar a sus metas. Es por ello que cabe este sincero pero simple homenaje, porque sus carreras estuvieron salpicadas de muchos inconvenientes que supieron superar con esfuerzo, dedicación, pero por sobre todas las cosas sin dejar de mirar la meta que se habían fijado.
Tuve la SUERTE de ser el profesor de ambos en la EET N°1, tuve la suerte de seguir sus pasos por donde andaban cada vez que nos encontrábamos haciendo algún mandado y me contaban en dos palabras “seguimos estudiando”.
Anoche, en un momento de reflexión, pude viajar en el tiempo y recordar mi Facultad, la Casa de Navarro, que aún llevo en mi memoria el olor de los tilos, sus diagonales y un día entrar a la facultad lleno de dudas… y años después salir lleno de incertidumbre por lo que vendrá pero feliz por haber cumplido con la meta propuesta.
La vida tiene estos momentos y estas vueltas, Ignacio hoy me ayuda a preparar Inglés para mi Licenciatura, ha hecho su carrera en base a kms de dedo para trasladarse a su lugar de estudio y a su casa en la Marianas al igual que Alejandro, nunca se les vio una muesca de cansancio, nunca una muesca de desagrado o de resentimiento, siempre con el paso firme a donde quieren llegar.
Dos pibes, dos hermanos, dos hacedores de sus sueños, dos hijos de las Marianas que vuelven con sus sueños cumplidos y me quedan un millón de cosas por escribir pero un día de estos mate por medio, asado y pan, conversaremos mansamente y cada uno sabrá lo mucho que han hecho, por su Alicia (su mamá) que es la piedra angular de ellos, que se puede decir de la Alicia, no alcanzan los adjetivos, una Vasca trabajadora, abnegada a sus hijos, vive y respira por ello, su vida son ellos. Yo creo que sus hijos son su máximo sueño, que le han hecho sentir lo más increíble que puede sentir una madre.
Por último, el viejo Costa, los estará mirando desde algún lugar sonriendo, simplemente sonriendo, viendo a sus hijos convertir en verdaderos hombres.

MIGUEL A. GARCÍA.-

 

 

 

 

 

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Roberto Gómez
Por Roberto Gómez noviembre 19, 2014