Pedido de Publicación, homenaje a Hugo Bianchi

admnn17
Por admnn17 agosto 29, 2013

Hugo Bianchi: A veces pasa que las palabras no alcanzan…

Cuando hay que despedir a un amigo, difícil tarea, uno no sabe si lo que intenta decir traduce a ciencia cierta lo que se siente y lamentablemente este es el caso.

Se fue un buen amigo, un maestro, un compañero, un poco padre de algunos, un ejemplo de trabajo y nobleza que vale la pena destacar, humilde, callado y parco en el trato con la gente pero con una sencillez  y dedicación por lo que quería digno de imitar.

Quien no aprendió algo de él es porque fue un necio.

Nos dejó, así, en un minuto, la triste noticia de su partida nos oscureció el corazón

Una despedida sin palabras, un hasta mañana eterno nos quiebra la garganta

El hombre que fue símbolo de la Sociedad Italiana, vivió en ella, por ella y para ella. La Institución fue “su casa” su lugar, su refugio, la cuidó celosamente, hasta enojándose ante lo que él suponía cambios drásticos que terminaban siendo bien vistos, pero que le llevaban extensos rosarios de malas palabras acostumbrarse a ellos.

Cada lugar de la Sociedad creció a través de su trabajo, oficina, aulas, salón comedor, fachada, etc, etc., en cada rincón su obra, en cada pared su esfuerzo, en cada gota de sudor su cariño.

Su querida “Tablita”, tardes de timba y copas con amigos entrañables que seguro muchos lo esperaban por allá en algún lugar con la mesa lista, los porotos,  un pucho prendido,  mezclando un mazo de cartas para iniciar el juego.

Ahora, ya estás en ese otro lugar listo para enchincharte ante la primera contradicción, nosotros acá con tu recuerdo: tu inconfundible manera de hablar qué “cuánto nos costaba entender”, tu paso seguro y tranquilo, tu fachada de hombre duro pero con una mirada que transmitía sinceros y nobles sentimientos.

Supiste hacerte querer y respetar, de la forma más simple: queriendo y respetando.

Cuantas veces nos hiciste enojar por tus arranques, cuántas veces más hoy desearíamos seguir enojándonos con vos.

Hugo, como vos decías cada día cuando nos despedíamos en ese ya incorporado diálogo de la rutina del encuentro:

-Hasta mañana si Dios quiere…

-Nos vemos mañana Hugo, cuidate!!

-Si si, yo me cuido y si Dios no quiere, uno al otro igual lo va a ver …

Y así fue no más,  Dios no quiso que volvieras  a vernos y a nosotros nos dejó la sensación amarga de la última despedida…

Algunos de los tantos  amigos a quienes les brindaste una palabra justa, un gesto de cariño, una enseñanza hoy te decimos hasta siempre.

 Jorge, Adela, José, Jorge, Mariano, Walter, Silvia. 

admnn17
Por admnn17 agosto 29, 2013