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Hoy (29/09/2014), de paso y por razones personales estuve a las 12,30 Hs. apróximadamente en una esquina de la plaza San Lorenzo de Navarro donde se halla un monumento de un bombero con un niño en sus brazos. Cercano, frente a una remisería y al costado del lugar donde almorcé, se encontraba un bolsón con su capacidad a la mitad de piedra partida utilizada en construcción y durmiendo en su parte superior un perro o perra color marrón que luego comenzó a deambular. Para mi sorpresa este animal tenía todo el pecho lastimado de efectuarse un rascado constante y en todo su cuerpo estaba la huella de que supongo era sarna que a esa altura ya le estaba haciendo estragos en su salud. Aclaro, no soy veterinario pero creo que esa enfermedad es la que llevaba en su cuerpo. Para intentar sanarlo busqué veterinarias y las hallé a todas cerradas, pero en ese recorrido encontré la sede de los Bomberos Voluntarios de Navarro dónde pregunté si había alguna sociedad que se dedicara a los animales y el Sr. que me atendió de manera muy amable me dijo que él no conocía y me indico como llegar a una oficina de Bromatología Municipal pero por la hora ya no tenía ningún tipo de atención. La ciudad de Navarro es a la mirada de quién recién llega y la descubre (yo no había estado nunca) una ciudad interesante, pero la imagen de ese perro/a a una cuadra de su Iglesia, del Edificio Municipal, del Museo, de una Escuela, de una Biblioteca y en ese momento con una cantidad importante de personas y de niños caminando a los que les pregunté a dónde se dirigían respondiéndome algunos que venían del Palacio Municipal de un encuentro con alguien importante del área educativa provincial y otros que se trasladaban a ver un espectáculo de Paka Paka no se a dónde, me pareció ver una imagen en la que nadie hizo y ni haría nada por ese animal. Creo que es bueno recordar una expresión de Mahatma Gandhi “Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales” y si…, pero algunos pensarán “es un solo animal en cuestión” a estos les recuerdo que hay un viejo refrán que expresa: para muestra sólo basta un botón o explicado de otra manera a quién piense que un solo animal no es suficiente para juzgar, precisamente, las pequeñas faltas son por las que nadie se molesta en descubrir o aceptar son los parámetros que permiten su juzgamiento. Yo me tuve que alejar de esa hermosa ciudad sin poder hacer nada por ese animal, pero me traje la esperanza de que pueda enterarme algún día que alguién lo sano y seguramente en mi corazón sentiré la sensación de que esa persona inició un camino de esperanza para empezar a construir una sociedad mejor.
Ruben Tarasewiez
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