Después de haber sufrido un disparo de arma de fuego en su cabeza y haber aguantado durante muchos días las dificultades de la terapia intensiva, Matías “Carancho” Zanelli, se define, mientras recupera el movimiento en sus extremidades, como una nueva persona, que valora la vida minuto a minuto y adora a su incondicional familia.
Lo volvimos a visitar y observamos un adelanto increíble, no sólo en los movimientos sino en su expresiones.
Matías no para de agradecer, nombra a los médicos, a kinesiólogos, a Santiago Maggiotti, Facundo Diz, al personal de nuestro hospital, a cada vecino que le dejó saludos y rezó por él. Quiere tatuarse a Jesús por lo que lo ayuda segundo a segundo y sueña con una casa rodante y largos viajes con sus seres queridos.
Matías está mucho mejor, llevará tiempo volver a estar óptimo, pero el hombre que conversó con la muerte durante varios días, hoy se acerca cada vez más a la vida en plenitud.
Nada es fácil, hay altibajos, pero el popular boxeador del pueblo ganó la pelea más dura de su vida.