Linda historia en Boomerang TV
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Hernán Medina pasó por Boomerang TV recorriendo su vida desde su infancia hasta la actualidad. Contó que vivió en el barrio del cementerio, que en aquellos años era campo y mataba el tiempo pescando ranas en las cunetas y tirando piedras con la gomera… Recordó las grandes fogatas que armaban con sus hermanos para celebrar San Juan y San Pedro. Que era feliz por aquellos años a pesar de que a veces faltaba un plato de comida en la mesa. Su primer trabajo fue de peón de albañil en el Cementerio, mientras estaba en la primaria, ganando 4 pesos por día y se los daba a su mamá para que pueda comprar las cosas que hacían falta en la casa. Después para ganar un poco más con un balde y un trapo limpiaba las tumbas, los días que se juntaba más gente, a cambio de una propina. Con esto se pudo comprar su primer par de zapatillas Adidas en lo de Casado… Recordó hasta el color de las tiritas que tenían. Siendo niño también trabajó en la papelera barriendo un playón y ayudando con las bobinas de papel. Trató de estudiar el secundario en la Escuela Técnica, pero al final abandonó en 2do año porque tenía que seguir trabajando y hacer las dos cosas se complicaba. De esa época recordó que como no había dinero para comprar un guardapolvo gris, la mamá le tiñó uno blanco con Anilina que bastante bien le quedó. Cuando dejó la escuela empezó a trabajar en la cuadra de la Panadería La Mascota, feliz que podía llevarles el pan y las facturas a su mamá y a su familia. El día que el dueño le dijo comé todas las facturas que quieras, se comió una de cada clase y casi explotó. «Fue la mayor descompostura de mi vida» recordó.
Como quería ganar un poco más de dinero le pidió trabajo de ayudante de carnicería a Rubén Hansen, con quién aprendió el oficio y a quién le estará eternamente agradecido, gracias a trabajar ahí conoció a su actual mujer que vivía enfrente. Ella quedó embarazada cuando tenía 15 años y decidieron empezar a formar la familia que hoy juntos mantienen, tuvieron 3 hijos en total. Las responsabilidades empezaron a ser mayores y cada vez tuvo que emprender más cosas, no en todas le fue bien. Tuvo dos carnicerías propias con las que se fundió, trabajó en el servicio Navarro Fiestas y cuando quiso probar suerte por sus medios junto a un socio también fracasó a los dos años, tocó fondo y se fue a trabajar como despanzador al frigorífico de Morón, iba en un colectivo que tardaba casi 3 horas de ida y 3 de vuelta. Fue el peor momento de su vida, para dejar ese trabajo probó suerte abriendo una verdulería con su hermano con la que tampoco le fue bien, hasta que llegó el momento de abrir sin un sólo peso su actual pollería, el primer pedido fue boleta contra boleta y vendió sólo 4 cajones en una semana, 28 pollos en total, hoy gracias al empuje y al trabajo esa cantidad la vende en un ratito: Menos su hijo más chico, el resto de la familia vive y trabaja de la pollería, se pudo comprar su terreno propio y el sueño más importante de su vida, que es el techo propio está más cerca. Hernán cuando le tocó hablar de Navarro dijo que es su lugar en el mundo y destacó que cree poco en los políticos que prometen más de lo que cumplen. Sueña con un Navarro con mayor crecimiento para los próximos años. Tiene una bandera política, pero a la hora de votar elige el candidato que más le gusta sin importarle el partido que representa. Es de River y reniega un poco que el varón le salió de Boca. Su pasión los autos y Chevrolet y un agradecido con el único amor de su vida que es su mujer y sus hijos.
