El particular mensaje del padre «Mingo»
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En su portal de Facebook, el padre Domingo Soria escribe unas líneas dejando un claro mensaje de sus objetivos dentro de nuestra comunidad, de su importante rol al frente de nuestra Parroquia. Quizás haya escuchado críticas o ideas que movilizaron a dejar esta expresión. «Mingo» es un cura joven, que llega a Navarro tras la ausencia de Felipe Raffo, fallecido en un accidente. Quizás sus decisiones, su manera de llevar adelante la misión, su manera de moverse entre nosotros, haya sido uno de los hechos más comentados en los últimos tiempos. Es carismático, emprendedor y joven. De todos modos, sin preguntarle por qué escribió estas líneas, leyéndolas, nos hizo pensar que estaba bueno reproducirlas en una página con miles de visitas diarias. Lo publicamos textualmente.
«No es tarea fácil conducir una parroquia, pero con la fuerza de Dios, todo se puede. Estos son tiempos de cambios grandes para la comunidad parroquial, cambios necesarios… Es preciso que entre «aire fresco», caras nuevas que se sumen a las que ya están.
Todo cambio produce un «simbronazo», pero entra dentro de lo previsible. Fiel a mi estilo, tomo decisiones con firmeza y serenidad, escuchando a todos pero decidiendo yo. Yo puedo admitir que en las cosas opinables haya opiniones contrarias, lo que no puedo ni voy a admitir es que cada uno haga lo que quiera en la parroquia, que haya gente que se siga manejando con los criterios anteriores a mi llegada. Ahora la línea oficial de la parroquia ya no es la misma, me toca marcarla porque sé que para eso me han puesto al frente de la parroquia.
Muchos aceptarán los cambios y otros no. Nadie estará obligado a actuar o a pensar de determinada manera, pero quien cumple funciones en cualquiera de los grupos o instituciones de la parroquia (sea como dirigente de grupo, como catequista, como miembro del consejo pastoral o económico, etc), habrán de seguir los lineamientos del párroco que no son otros que los lineamientos de la Iglesia, caso contrario, nadie estará obligado a quedarse.
Una vez finalizada la encuesta parroquial empezaré, si prisa pero sin pausa, a tomar decisiones en orden a las instituciones y a los grupos de la parroquia y al funcionamiento de las distintas dependencias de la casa y del terreno parroquial, que marcaran la nueva línea a seguir. Creo que después de 8 meses que estoy en Navarro, ha sido tiempo suficiente para observar y conocer la realidad parroquial con sus luces y con sus sombras. Y también tiempo suficiente para que me conozcan a mí. Ahora es tiempo de empezar a actuar.
Con la partida del padre Felipe se ha cerrado definitivamente una etapa y se ha abierto otra totalmente nueva, pero todos trabajando para lo mismo. Esa será la línea de conducta a seguir, fidelidad a Jesucristo, amor a la parroquia y obediencia al párroco. Es el único modo de garantizar la paz y el orden en la comunidad, y que la parroquia sea la casa de todos y no de unos pocos…
Como no soy autoritario, escucho a todos, corrijo lo que tengo que corregir y hago esta encuesta, para conocer la opinión de todos, aún de los que no vienen nunca a la Iglesia… Todo lo que de allí surja, tengan por seguro que será tenido en cuenta para marcar el futuro de la parroquia.
Que las puertas de la parroquia estén abiertas para todos, sin excepción, nadie debe sentirse «sapo de otro pozo», nadie debe sentirse marginado… Que el día que yo me vaya nadie pueda decir «El padre Mingo le cerró las puertas a la gente, a la comunidad» Y cuando digo «la comunidad», no me refiero a los que vienen a Misa solamente, sino a todos y cada uno de los habitantes que tiene la parroquia, o sea todo el partido de Navarro. Tal vez alguno dirá que he sido demasiado firme (y hasta autoritario) Pero es verdad… para abrir ciertas puertas, demasiado cerradas y anquilosadas, hay que usar mayor firmeza ya que no se abrían con un leve empujoncito… Quién sabe, tal vez este sea el lío que el papa Francisco ha pedido que hagamos».
