Jugadores y simpatizantes de EFIN construyen la tribuna
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El sábado por la tarde, terminado el clásico EFIN-Dorrego, se podrá hablar de resultados, buenos o malos, pero eso será una anécdota a la hora de medir la grandeza de las acciones de una institución que nunca la tuvo fácil. Los jugadores de primera división piensan en el 1º partido que podrán jugar en su propia cancha, nada más y nada menos que con su eterno rival, pero a todo ese condimento le agregan el amor por su bandera, porque están trabajando desde hace mucho tiempo para poner en condiciones el estadio. EFIN hoy cuenta con lugar para locales y visitantes, tiene dos cantinas, sanitarios locales y visitantes, dos entradas a la cancha y ahora entre todos están tratando de armar una tribuna de siete escalones que por el esfuerzo que les lleva se ha convertido en una pirámide de ilusiones.
Se podrá hablar de todo, porque el fútbol da para que todos opinemos, pero ante el gesto de estos pibes, en un mundo retorcido y lleno de mala onda, uno debe sacarse el sombrero y aplaudir.
Que el sábado gane el que mejor juegue, el que sepa interpretar cómo hay que ganar un clásico de fútbol, pero al otro día, si quieren, no olviden de hablar que en Navarro hay unos muchachos que aman a su club, que lo llevan en la piel y que con los años sentirán orgullo de lo que supieron hacer.
